Cómo visitar la Basílica de San Marcos en Venecia: horarios, precio, y todo lo que necesitas saber

Cuando organizas un itinerario de viaje con cosas para ver y hacer en Venecia, siempre nos llega a la mente tres actividades: una visita para conocer el Palacio Ducal, un crucero en góndola por Gran Canal y un tour para conocer el interior de San Marcos. Esta impresionante basílica es parte importante de la tradición religiosa y de la historia de la ciudad; por lo que recomiendo apartar un espacio de unas horas para conocer todos sus secretos guiado por la siguiente lista.

El aspecto actual de la Basílica de San Marcos se debe a las renovaciones y reconstrucciones llevadas a cabo en el siglo XV. Debido a su compleja e intrincada historia, este monumento veneciano conjuga en su fachada varios estilos arquitectónicos fácilmente distinguibles, predominando el románico bizantino y el gótico.

En la parte superior destacan grandes arcos apuntados de influencia oriental, decorados con azulejos de cerámica característicos de estilo gótico florido veneciano,. A lo alto de los arcos se han colocado estatuas de numerosos santos y la estatua del propio San Marcos ocupa el lugar de honor en la parte central.

A diferencia de otras grandes obras de su época la fachada de la basílica es más ancha que alta predomina la horizontalidad en su diseño como una forma de equilibrar el peso y distribuir las cargas uniformemente en el suelo arenoso sobre el que fue construida. Aunque la fachada más famosa es la que se encuentra a la Plaza San Marcos, la basílica tiene tres fachadas nombradas: fachada oeste, fachada norte y fachada sur.

Al empezar tu recorrido hasta el interior de San Marcos te darás cuenta de lo intrincado de los detalles que componen su decoración; esto puede apreciar especialmente en los mosaicos que decoran los lunetos o pequeñas bóvedas de acceso.

Presta especial atención al único mosaico enteramente original de la Basílica ubicado en el portal de Sant' Alipio, data del siglo XIII y representa mejor que nada la antigua iglesia de San Marco antes de añadir las superposiciones del estilo gótico florido que destacan sobre todo en la fachada principal. Los demás mosaicos de San Marco son en realidad el resultado de varias restauraciones llevadas a cabo entre los siglos XVII Y XIX.

Los bonitos pisos de San Marco es otro elemento característico al que deberás prestar atención en tu recorrido; compuesto por patrones geométricos y diseños de animales que representan leones, águilas, grifos, ciervos, pavos reales y otras criaturas de los bestiarios medievales con un enorme poder simbólico.

La variedad de intrincados diseños se consiguen combinando una amplia variedad de calizas, serpentina y mármoles en colores; los materiales son originarios de distintos rincones incluyendo Grecia, Siria, África, Istri, Toscana, Verona y los Alpes. Las losas grandes de los pisos de San Marcos poseen una ubicación estratégica para enfatizar el eje longitudinal de la capilla; colocados debajo de la cúpula central y la cúpula occidental.

Posiblemente lo más llamativo del interior de la Basílica de San Marcos son sus mosaicos dorados que le valieron el nombre de la basílica de oro . Los mosaicos dorados recubren el interior casi por completo, desde los muros hasta las bóvedas pasando por las cúpulas. Gracias a su disposición de colocación brillan en todas direcciones creando una fantástica composición interior. En medio del mar de piezas doradas encontrarás representación de episodios bíblicos, la vida de Cristo, la Virgen María y el apóstol San Marcos.

El espacio dedicado al Altar Mayor en San Marcos se encuentra ligeramente elevado del resto de la iglesia; colocado entre bóvedas de crucería y cuatro columnas cubiertas de esculturas que posiblemente procedan de la caída constantinopla. Bajo el altar descansan los restos del apóstol San Marcos desde siglo XVIII aunque tuvieron que ser removidos debido a las inundaciones que sufre toda la plaza San Marcos y los edificios aledaños.

Pala d’ Oro: se encuentra al fondo del altar; un deslumbrante cuadro decorado con metales y piedras preciosas, encargado en Constantinopla en el año 1102, es considerado uno de los mayores tesoros al interior de San Marcos. Representa escenas religiosas y figuras de santos en miniaturas y según documentos del 1769 esta obra maestra es compuesta por: 1300 perlas, 400 granadas, 300 zafiros, 90 amatistas,15 rubies, 4 topacios, además de metales como el oro y la plata.

El tesoro de San Marcos es el nombre con el que se conoce a la colección de objetos litúrgicos utilizados en las celebraciones. La colección incluye unas 283 piezas de oro, plata y diversos materiales preciosos de alto valor y de diversas procedencias. Los objetos son en su mayoría cálices litúrgicos, copas y patenas; hechas a partir de orfebrería bizantina y adornadas con todo tipo de piedras duras.

Las reliquias de San Marcos se mantiene en las antiguas salas que unen la iglesia con el Palacio Ducal y las piezas más significativas se suelen colocar en exhibición en el altar de San Marcos; por lo que en tu visita a la Basílica presta atención a estos detalles. Algunas piezas son prestadas para exhibirse en colecciones temporales en los museos más importantes del mundo.

Según los registros históricos de las 283 piezas que componen la colección, una parte la componen el botín sustraído de Constantinopla entre los años 1204 y 1261. La colección se divide en cuatro grandes grupos o secciones: Objetos antiguos y de la edad media, objetos de arte bizantino, objetos de arte islámico y objetos de arte occidental.

El Museo de San Marcos se creó a finales del siglo XIX, se desarrolla en las terrazas internas de la basílica y es el espacio donde se conservan las reliquias del arte sacro bizantino.

La colección incluye una serie de objetos interesantes y de alto valor histórico como son antiguas alfombras personas, vestimentas litúrgicas, manuscritos y viejos fragmentos de mosaico retirados durante algunas restauraciones a lo largo del siglo XIX. Se dice que en otros tiempos la colección de objetos era mucho más amplia pero debido a distintos acontecimientos como incendios y robos, esta fue disminuyendo.

Tras la participación de Venecia en la IV cruzada se extrajeron de Constantinopla diversos tesoros, la escultura de los caballos, localizada en el hipódromo de la caída ciudad, forma parte del botín que tomaron consigo los venecianos. Hecha completamente en cobre con adiciones de mercurio representa una cuadriga de caballos fuertes e imponentes con un nivel de detalle espectacular.

No se ha podido establecer con exactitud la datación de la obra, mientras unas son de la época de los griegos otras tantas son evidentemente romanas. Los expertos en antigüedades la ubican entre el siglo II aC y el siglo II dC. Se conoce por ser la única escultura de este tipo rescatada de la antigüedad.

Otro dato interesante es que el siglo XIX el emperador Napoleón hizo trasladar hasta París la imponente escultura para crear una réplica. Actualmente la cuadriga de caballos que se exhibe en la fachada de la Basílica de San Marcos es también una réplica de la original, que se encuentra correctamente resguardada y protegida al interior del templo.

Entre los tesoros extraídos por los venecianos durante las cruzadas en Constantinopla podrás encontrar varios artefactos o tesoros de alto valor colocados por toda la basílica. Cerca de Porta della Carta, una de los mayores atractivos del Palacio Ducal, abrazando un pilar se encuentra I Tetrarchi.

Esculpidas en pórfido rojo, tiene una altura total de 136 cm.Aunque la escultura se vincula a los Tetrarcas romano lo cierto es que no existe un consenso final al respecto, evidencias apuntan a que las esculturas pueden ser mucho más antiguas y quizás fueron extraídas de civilizaciones mesopotámicas y egipcias.

Los venecianos los bautizaron como los cuatro ladrones y fueron colocados para custodiar el muro exterior del Tesoro de San Marcos; funcionan en parte como una advertencia para cualquier persona malintencionada que quiera profanar los preciados bienes al interior de la basílica.

Las columnas acritanas, es el nombre con el que se conoce el dúo de columnas procedentes de la antigua y caida ciudad de Acre. Colocadas en el lado sur de la Basílica de San Marcos, encierran un contexto histórico sumamente interesante. Acre fue una ciudad muy antigua situada en lo que hoy es Israel. Estos territorios eran muy codiciados por los señores venecianos, pero también por los genoveses. Tras violentos enfrentamientos entre las dos potencias marítimas, los venecianos salieron victoriosos.

Después de la victoria destruyeron la iglesia de San Giovanni d’Acri, retiraron las dos columnas hermosamente decoradas y las situaron al exterior de San Marcos como un mensaje de advertencia para sus enemigos.

Al visitar la Basílica de San Marcos deberás tomar en cuenta ciertos detalles que te ayudarán a ahorrar tiempo y esfuerzo; a la lista de consejos para ver conocer Venecia añade los siguientes puntos importantes.

Si quieres evitar filas…

La Basílica de San Marcos está entre los principales smonumentos venecianos, siendo uno de los puntos turísticos más atrayentes de la ciudad siempre hay colas en la entrada. La única forma de evitar fácilmente este inconveniente es reservando una visita guiada con antelación, sin embargo los grupos disponibles en español pueden ser limitados, lo mejor y más aconsejable será reservar con tiempo tus excursiones.

Vístete adecuadamente…

El día de tu visita a San Marcos ten muy presente que visitarás un monumento religiosos, es importante comportarse con respeto y adoptar el código de vestimenta prescrito. El vestuario indicado lo componen pantalones o faldas largas con los hombros cubiertos tanto para hombre como para mujeres. Esto aplica igualmente para las demás iglesias venecianas.

Toma en cuenta las condiciones de visita…

La Basílica de San Marcos acepta un cupo límite de 200 personas, con una duración promedio de recorrido en el interior de unos 30 minutos. En las temporadas de mucha afluencia turística en Venecia el periodo del recorrido puede verse acortado unos minutos.

Deberás mantener un comportamiento respetuoso y silencioso atendiendo a la sacralidad del lugar. Al interior de la basílica no se admiten maletas ni tampoco bolsos de viaje, hay un área dedicada al almacenamiento de equipaje en el Ateneo San Basso; el acceso a esta zona es a través de un callejón a la izquierda de la basílica.