Excursión en barco a Murano y Burano

La travesía comienza con la mejor postal de Venecia: San Giorgio Maggiore a un lado y el Palacio Ducal al otro. El guía a bordo explica cómo la República Serenísima dominó el Adriático gracias a su flota, mientras el barco se desliza por el canal de San Marco hasta alcanzar Murano.

En la isla, una puerta de hierro forjado se abre al calor del horno. El maestro vidriero sopla, gira y pinza la masa incandescente hasta convertirla en un vaso veneciano en cuestión de minutos. Escucharás el tintineo del vidrio enfriándose y aprenderás a distinguir las auténticas piezas certificadas.

Tras la demostración dispondrás de unos 40 min para recorrer las tiendas artesanales, visitar la basílica de Santi Maria e Donato o simplemente contemplar cómo las góndolas de los vecinos se balancean en los embarcaderos privados.

De regreso al barco, la laguna revela sus tonalidades verde jade camino de Burano. Al acercarte, verás casas rojo coral, azul índigo y amarillo canario alineadas como un arcoíris reflejado en los canales. El guía narra la leyenda de los pescadores que pintaban sus fachadas para reconocerlas en la niebla, y te entrega un plano con los puntos fotográficos más pintorescos.

Dispondrás de aproximadamente 1 h 15 min en la isla: prueba las famosas galletas bussolà en una panadería familiar, visita el Museo del Encaje o sube al puente Tre Ponti para una panorámica única. A la hora indicada, el barco zarpa de nuevo con rumbo a Venecia, regalándote un atardecer sobre la laguna que pone broche de oro a una jornada inolvidable.