31 mar
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•20:00
Soldier Field Stadium • Chicago
Kevin De Bruyne simboliza la amenaza más visible de una generación belga que vive para atacar: mediapuntas con último pase, laterales que se proyectan sin descanso y puntas listos para castigar el mínimo despiste.
Frente a ese arsenal, el combinado nipón se aferra a una seña de identidad muy marcada: presión sincronizada, ayudas constantes entre líneas y salidas vertiginosas a través de paredes cortas.
Ya en Qatar 2022 la escuadra asiática demostró que sabe remontar y derribar a gigantes europeos. El recuerdo de aquel 3-2 de 2018, con los samuráis azules dominando el marcador antes de sufrir la remontada en los instantes finales, mantiene este cruce como una cuenta pendiente entre ambos.
En una fase de grupos donde un solo detalle inclina la balanza, cada entrega fallida y cada contraataque en este choque entre europeos y asiáticos adquiere tintes de auténtica final anticipada.
En la última cita de Qatar, la escuadra del Sol Naciente firmó una liguilla memorable, dejando atrás a potencias del Viejo Continente antes de caer desde los once metros en octavos de final.
El conjunto belga, tercero del mundo en 2018, se quedó fuera sorprendentemente en la fase de grupos, aunque conserva un bloque plagado de estrellas contrastadas como el propio Kevin De Bruyne o Romelu Lukaku, referentes de una generación que sigue infundiendo respeto.
Ritsu Doan aporta desequilibrio constante, respaldado por interiores con mucha llegada y una zaga incansable que muerde hasta el último minuto.
Dos libretos muy definidos, dos rutas opuestas hacia la gloria. No te conformes con verlo por televisión: asegura tu boleto y vive en directo un Japón–Bélgica con capacidad para reescribir la historia mundialista de ambos seleccionados.